Francisco dejó por unos minutos la Casa Santa Marta para orar ante las tumbas de dos pontífices, conmoviendo a fieles y turistas presentes.
Por F. Martínez
La imagen recorrió rápidamente el mundo. Este miércoles, el Papa Francisco volvió a sorprender a los fieles al aparecer, sin previo aviso, en la Basílica de San Pedro. Vestido de manera poco habitual, cubierto con una manta y utilizando cánulas de oxígeno, el Santo Padre se desplazó desde la Casa Santa Marta para orar en silencio ante las tumbas de San Pío X y Benedicto XV.
La escena conmovió profundamente a los visitantes que se encontraban en el lugar, quienes, entre sorpresa y devoción, se acercaron a saludar al pontífice y recibir su bendición. El Vaticano confirmó más tarde que la visita tenía un propósito íntimo: un momento de oración en este tiempo especial para la Iglesia.
Esta es la segunda aparición pública del Papa Francisco en el transcurso de pocos días. La primera se dio el pasado domingo, cuando se presentó de manera sorpresiva durante una misa y dedicó algunas palabras a los presentes, demostrando su cercanía con los fieles incluso en medio de sus limitaciones físicas.
Con gestos sencillos pero profundos, el Papa Francisco continúa transmitiendo un mensaje de fe, humildad y cercanía. Su aparición en la Basílica de San Pedro, en plena Semana Santa, ha sido interpretada como un acto de entrega y devoción que renueva el espíritu de millones de católicos en el mundo.
