Consejos prácticos para cuidar tu dispositivo y evitar reemplazos frecuentes.
Por F. Martínez
El celular se ha convertido en una herramienta imprescindible en la vida cotidiana. Sin embargo, con el tiempo y el uso continuo, es común que los dispositivos empiecen a perder rendimiento. Para evitar que tu teléfono se vuelva obsoleto antes de lo esperado, existen varias prácticas sencillas que pueden ayudar a alargar su vida útil.
Una de las claves es mantener el software actualizado. Las actualizaciones regulares no solo mejoran la seguridad del dispositivo, sino que también optimizan su funcionamiento, evitando posibles fallos. Por otro lado, la batería es uno de los componentes más sensibles, por lo que es recomendable evitar que se descargue completamente o cargarla constantemente al 100%. Mantener la batería entre un 20% y un 80% contribuye a su durabilidad.
Además, liberar espacio en el almacenamiento y utilizar la nube para guardar archivos puede evitar que el celular se vuelva lento por sobrecarga de datos. Es importante también proteger el dispositivo con una funda y un protector de pantalla para minimizar daños por caídas o golpes. Evitar temperaturas extremas y dar descanso al teléfono, reiniciándolo de vez en cuando, también ayuda a mantener su rendimiento y funcionamiento.
Cuidar estos aspectos no solo prolonga la vida útil del celular, sino que también contribuye a un consumo más responsable y sostenible. Así, tu dispositivo puede seguir siendo útil por mucho más tiempo, sin necesidad de reemplazarlo constantemente.
