
En un mundo donde la conectividad constante y las notificaciones incesantes parecen dominar nuestra vida diaria, el JOMO, o “joy of missing out” (la alegría de perderse algo), se presenta como una alternativa revitalizante que invita a disfrutar del presente sin la presión de estar siempre conectado.
Por Anny Scarlet Martínez
A medida que las redes sociales han infiltrado todos los aspectos de la vida cotidiana, el FOMO, o “fear of missing out” (miedo a perderse algo), ha emergido como un fenómeno predominante, especialmente entre los jóvenes. Este temor a quedar excluido de eventos y experiencias significativas se ve intensificado por la constante exposición a publicaciones en plataformas como Instagram, Facebook, X y TikTok, generando sensaciones de ansiedad y autocrítica.
Frente a esta presión social, el JOMO se posiciona como una filosofía que promueve la satisfacción personal a través de la desconexión intencionada. Este concepto, popularizado por la escritora canadiense Christina Crook en su libro The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World en 2014, alienta a las personas a apreciar el momento presente y la tranquilidad que ofrece no estar siempre “en línea”.
Elegir el JOMO sobre el FOMO trae consigo numerosos beneficios, tales como la reducción del estrés y la ansiedad. La constante comparación con otros puede desvalorizar nuestra vida; sin embargo, el JOMO ayuda a liberar esta presión. Esto se evidenció tras la caída de los servicios digitales de Meta en octubre de 2021, cuando muchos usuarios experimentaron un alivio reconfortante en lugar de angustia.
Adoptar el JOMO no significa rechazar la tecnología ni las conexiones sociales. Se trata de alcanzar un equilibrio saludable. Para integrarlo en la vida diaria, se pueden seguir algunas pautas como establecer límites digitales, implementar un minimalismo digital utilizando solo las plataformas que realmente aporten valor y dedicar tiempo a actividades que favorezcan el bienestar físico y mental.
JOMO no implica renunciar a la vida digital o social, sino desarrollar una conciencia sobre cómo y cuándo es más beneficioso estar conectado, permitiendo así disfrutar de la vida de una manera más plena y consciente.