Investigaciones de los NIH y el Centro WALTHAM de Mars Corporation revelan cómo las mascotas, como perros, gatos y cobayas, pueden transformar la salud mental y el desarrollo social, especialmente en los niños.
Por Anny Scarlet Martínez
Los animales domésticos están demostrando ser aliados clave en el bienestar emocional y social. Según un estudio reciente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y el Centro WALTHAM, interactuar con mascotas puede reducir significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y disminuir la presión arterial. Además, tener una mascota puede mitigar la sensación de soledad y mejorar el estado de ánimo de sus dueños.
El impacto positivo de los animales domésticos es especialmente notable en niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los estudios muestran que los perros pueden ayudar a estos niños a mejorar su concentración en el aula. Asimismo, los niños que interactúan con animales reales desarrollan mejores habilidades sociales y muestran menos problemas de conducta en comparación con aquellos que solo tienen contacto con títeres.
La exposición temprana a mascotas también puede ofrecer protección contra el desarrollo de alergias y asma en los niños. Interactuar con un perro puede elevar el estado de ánimo y fomentar una mayor actividad física, lo que contribuye a la reducción del estrés. Además, los niños que tienen mascotas tienden a estar más activos, lo que beneficia su salud general y bienestar emocional.
Aunque tener una mascota conlleva muchos beneficios, es fundamental elegir la adecuada. Se deben considerar factores como las actividades que se disfrutan, el impacto en la familia, el costo y el tiempo disponible para el cuidado. Con una elección bien pensada, las mascotas pueden enriquecer la vida familiar y contribuir positivamente al desarrollo emocional y social de los miembros del hogar.
