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FAO PROPONE FORTALECER REDES DE PROVEEDORES LOCALES

Países de América Latina, buscan mitigar las consecuencias ocasionadas por el COVID-19.

Por: Fátima Marcela Rivas

Fotografias: FAO

En todo el mundo son muchas las familias afectadas por la paralización parcial o completa de las actividades económicas en los países, debido a la emergencia ocasionada por el COVID-19. Tras no poseer un salario para poder mantener a los miembros del hogar y comprar sus alimentos, son muchas las organizaciones que buscan ayudar a las personas ante esta situación, con la entrega de canastas alimenticias y así poder mitigar la necesidad.

Ante esta problemática, es necesario preguntarse ¿Qué lección aprenderemos una vez quede atrás la crisis por la que el mundo entero esta pasando? Para la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la pandemia ha sacado a la luz una serie de fallas profundas y graves de los sistemas urbanos de alimentos, ante esta situación propone implementar mejoras para garantizar que todas ciudades estén siempre preparadas para la crisis de salud próximas.

Pero además del área de salud que es y será la más una de las más golpeadas por el virus, también existe la escasez de alimentos en las familias, la caída de las economías, la afectación de los pequeños empresarios que antes de esta situación han perdido las fuentes de ingresos.

Si bien es cierto, es necesario proponer una solución, que implemente el apoyo hacia los más afectados por la emergencia, y generar esquemas de distribución de alimentos a las poblaciones más vulnerables, además de mejorar los accesos de todos los víveres nutritivos que son importantes para el desarrollo de los niños y el mantenimientos de los ancianos, también, la FAO propone promover campañas educativas para reducir el desperdicio de comida, y hacer una compra responsable de alimentos.

Pero la problemática aun es grande, muchos mercados han sido cerrados debido a las aglomeraciones de personas y al alto riesgo del contagio del COVID-19, especialmente para los 1200 millones que viven en los cinturones de miseria y otros formas de asentamientos informales, señalo la FAO. Ante el cierre de los distribuidores de alimentos, se ha dificultado aún más poder abastecerse.

Ante esto, la escasez de los alimentos se ha hecho notar en los países latinoamericanos, y en algunas ciudades, que ya han buscado una solución que mitigue aunque sea de manera regulada estas consecuencias.

Montevideo, Uruguay, y su modelos tradicional “Ollas populares”, que consiste en la entrega a domicilio de frutas, verduras otros alimentos, que mantiene su atención especial en la población más vulnerable.

En Lima, Perú, el suministro de víveres se vio afectado desde el inicio de la emergencia, y existen temores que las cadenas de suministro se interrumpan debido a las restricciones. Pero algo alentador es que hasta la fecha los precios de los productos en los mercado se ha mantenido y no ha presentado una alza que afecte aún más la economía de los afectados.

En Quito, Ecuador, se ha tomado a bien que las autoridades utilicen los autobuses municipales como centros de acopio de alimentación móvil, tal y como se hizo en la ciudad de Wuhan, en China, donde se cree fue el origen de la pandemia. La Alcaldía de la capital de Ecuador, se ha asociado con bancos de alimentos y ha realizado mapas de las áreas más vulnerables para garantizar alimento.

Estas son parte de algunas medidas que países Latinoamericanos han tomado a bien implementar para mitigar el impacto a los más vulnerables. La FAO propone centros de acopio de alimentos, y la promoción de los proveedores locales de alimentos, de esta forma poder disminuir el hambre en las familias más vulnerables.

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