Israel abandona el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusando discriminación, mientras la propuesta de reubicar a los palestinos de Gaza genera protestas globales.
Por F Martínez
En una movida que ha generado controversia a nivel internacional, Israel anunció su retirada del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), alegando discriminación y propaganda antisemita por parte del organismo. El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, fue el encargado de dar la noticia, acusando a la ONU de ser cómplice de un trato injusto y sesgado hacia su país.
“La ONU se ha convertido en un foro de propaganda antisemita, donde se ataca a Israel de manera sistemática e injustificada. No podemos seguir siendo parte de una organización que no hace nada por defendernos de esta constante campaña de odio”, declaró Cohen en una conferencia de prensa.
Esta retirada se produce en un contexto de creciente tensión en Medio Oriente, marcado por las continuas fricciones entre Israel y Palestina. En particular, las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre la reubicación de los palestinos de la Franja de Gaza, han desatado una ola de indignación y protestas internacionales.
Biden sugirió la posibilidad de transformar Gaza en una “Riviera de Oriente Medio”, una propuesta que muchos han interpretado como una forma de forzar el desplazamiento de los palestinos de la región. La idea fue rápidamente rechazada por líderes internacionales, quienes advirtieron que dicha reubicación violaría los derechos humanos de los palestinos y podría empeorar aún más la ya tensa situación en la región.
Organizaciones humanitarias y defensores de los derechos humanos han expresado su rechazo rotundo tanto a la retirada de Israel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU como a la propuesta de reubicar a los palestinos. Estas organizaciones han señalado que estas medidas no hacen más que alimentar el conflicto en lugar de buscar una solución pacífica y equitativa para ambas partes.
La decisión de Israel de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU refleja una creciente frustración con las instituciones internacionales que, según el gobierno israelí, no han logrado garantizar una representación justa. Israel ha criticado en reiteradas ocasiones lo que considera una agenda sesgada de la ONU, que, en su opinión, no aborda adecuadamente las violaciones de derechos humanos cometidas por otros países, mientras que pone el foco de forma desproporcionada sobre Israel.
Por su parte, la comunidad internacional sigue observando con atención los desarrollos en la región. Mientras la tensión sigue creciendo, la situación de los derechos humanos en Gaza y la propuesta de reubicación de los palestinos continúan siendo puntos de discusión cruciales en los foros diplomáticos internacionales.
