Un lugar donde la fe en la justicia divina mantiene a raya la delincuencia.
Por F. Martínez
En el corazón de la India, existe un pequeño pueblo que desafía toda lógica en cuanto a seguridad y delincuencia. Se trata de Shani Shingnapur, un lugar donde las casas no tienen puertas con cerraduras, las tiendas permanecen abiertas y hasta los bancos operan sin las medidas de seguridad habituales. Lo más sorprendente es que casi nunca se reportan robos.
Esta peculiar costumbre se debe a la profunda fe de los habitantes en Shani, el dios hindú de la justicia y el castigo. Según la creencia local, cualquier persona que intente robar en el pueblo será castigada de inmediato con una desgracia en su vida. La confianza en esta protección divina es tan grande que ni siquiera las oficinas gubernamentales utilizan cerraduras.
A lo largo de los años, esta tradición ha atraído la curiosidad de turistas y académicos, quienes buscan entender cómo un pueblo puede funcionar sin medidas de seguridad convencionales. Aunque algunos visitantes dudan de la efectividad de esta creencia, los lugareños aseguran que su fe ha mantenido la armonía y la seguridad en su comunidad por generaciones.
