
Creado el 17 de mayo de 1912, este emblema refleja la identidad, la libertad y la unión del país.
Por Liss Amaya
El Escudo Nacional de El Salvador, uno de los símbolos patrios más representativos, fue establecido junto con la actual Bandera Nacional mediante un Decreto Legislativo durante la presidencia de Manuel Enrique Araujo. Desde entonces, ha sido un emblema que encapsula la historia y los ideales de la nación.
Cada elemento del escudo tiene un significado profundo. El triángulo equilátero simboliza la igualdad y está conformado por los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Sobre él, un gorro frigio colocado sobre una vara representa la libertad y los ideales del pueblo salvadoreño. Los cinco volcanes evocan a las naciones que formaron la antigua Federación Centroamericana, de la cual El Salvador fue parte.
El arcoíris que rodea el escudo simboliza la paz, mientras que el círculo de laurel, compuesto por 14 ramas entrelazadas, representa los 14 departamentos del país. La leyenda que rodea el emblema, “República de El Salvador en la América Central”, refleja la libertad, la unión centroamericana y el orgullo nacional. Con más de 100 años de existencia, el Escudo Nacional sigue siendo un recordatorio de soberanía y unidad, invitando a los salvadoreños a preservar y honrar los valores que dieron origen a su patria.




