El café un símbolo nacional en busca de renacer

El café salvadoreño, conocido por su calidad y sabor único, ha sido por décadas un símbolo de identidad y un pilar de la economía del país. Sin embargo, en los últimos años, la industria ha enfrentado grandes desafíos, como los efectos del cambio climático, la caída de precios internacionales y la migración de jóvenes hacia otros sectores. A pesar de estas dificultades, la caficultura busca un renacimiento impulsado por iniciativas locales y el interés de mercados internacionales en los cafés especiales.
Por F. Martínez
El Consejo Salvadoreño del Café (CSC) reporta que en la cosecha 2023-2024 se registró un incremento del 5% en la producción, una señal alentadora para los pequeños y medianos productores. Además, programas como el fomento de la agricultura regenerativa y el apoyo técnico a las comunidades cafetaleras han ayudado a mejorar las prácticas sostenibles. “El café salvadoreño sigue siendo reconocido por su calidad en competencias internacionales, lo que demuestra el enorme potencial que tenemos como país”, señala Mario Pérez, experto en exportaciones de café.
A nivel local, el consumo de café también ha crecido, con más salvadoreños interesados en conocer el origen de los granos que disfrutan. En ciudades como San Salvador y Santa Ana, las cafeterías han comenzado a ofrecer talleres y catas para educar a los consumidores y destacar la diversidad de sabores según la región de cultivo. Este auge no solo revitaliza el sector, sino que también revaloriza el trabajo de los productores.

El reto, según los expertos, está en modernizar el sector sin perder las tradiciones, mejorar el acceso a financiamiento para los caficultores y enfrentar los retos del cambio climático, como las plagas y las variaciones en las lluvias. Mientras tanto, la esperanza de que el café salvadoreño recupere su lugar privilegiado en el mundo sigue más viva que nunca, sostenida por la pasión y el esfuerzo de quienes trabajan cada día en las montañas del país.