La seguridad en el hogar y en los espacios de trabajo es una prioridad, por ello uno de los elementos esenciales para prevenir tragedias en caso de incendio es el extintor, un equipo que puede marcar la diferencia entre una pequeña emergencia y una catástrofe.
Por M. Del Cid
Aunque no siempre las personas piensan en ello, los incendios pueden ocurrir en cualquier momento, ya sea por un cortocircuito, un accidente en la cocina, un mal uso de aparatos eléctricos o incluso por condiciones climáticas extremas. Según datos de instituciones de seguridad, el 70% de los incendios domésticos y en pequeñas empresas ocurren por causas prevenibles.
Tener un extintor cerca es una medida sencilla, pero crucial, para hacer frente a estas situaciones. Este dispositivo está diseñado para controlar y sofocar un incendio en sus primeras etapas, evitando que se propague y cause daños mayores.
Existen diferentes tipos de extintores, y es importante elegir el adecuado dependiendo del tipo de incendio que podría presentarse. Los más comunes son: extintores de agua, extintores de polvo químico, extintores de CO2.
Es crucial no solo tener un extintor, sino también saber cómo usarlo correctamente y asegurarse de que esté en condiciones óptimas. Además, es recomendable revisar su fecha de caducidad y recargarlo cuando sea necesario.
Contar con un extintor en el hogar o en la empresa no solo proporciona seguridad, sino también tranquilidad. En el hogar, un pequeño incendio puede escalar rápidamente si no se tiene un dispositivo adecuado para controlarlo. En empresas, especialmente aquellas que manejan materiales peligrosos o sustancias inflamables, contar con extintores es una obligación legal y esencial para garantizar la seguridad de empleados y clientes.
Además, tener un extintor en lugar de fácil acceso demuestra responsabilidad y previsión. Es una inversión en seguridad que puede salvar vidas, bienes materiales y evitar pérdidas económicas importantes.
