
Las personas que viven con diabetes pueden y deben incluir frutas en su dieta diaria, siempre que lo hagan con moderación y eligiendo opciones con bajo índice glucémico.
Por M. Del Cid
Estas frutas aportan fibra, vitaminas, antioxidantes y otros nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar general y al control del azúcar en sangre.
Entre las frutas más recomendadas se encuentran la manzana, la pera, el durazno, la fresa, el kiwi y las ciruelas. Todas ellas tienen un contenido moderado de azúcar natural (fructosa) y una buena cantidad de fibra, lo cual ayuda a ralentizar la absorción de glucosa. Consumirlas con cáscara, cuando es posible, potencia aún más sus beneficios.
También es aconsejable incluir pequeñas porciones de frutas como el aguacate y las bayas (arándanos, frambuesas, moras), ya que tienen un bajo impacto glucémico y son ricas en compuestos antiinflamatorios. La sandía y el melón pueden consumirse ocasionalmente y en cantidades limitadas, debido a su alto contenido de agua, pero también de azúcar.
Los especialistas recomiendan evitar o moderar el consumo de frutas secas y jugos de frutas naturales, ya que estos pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre por su concentración de azúcares y ausencia de fibra. Además, es fundamental que cada paciente consulte con su nutricionista o médico tratante para adaptar el consumo de frutas a sus necesidades individuales.
Las frutas pueden formar parte de una dieta saludable para personas con diabetes, siempre que se consuman de forma controlada y con una adecuada planificación nutricional. Elegir las opciones adecuadas y mantener un equilibrio en las porciones permite disfrutar de sus beneficios sin comprometer la salud.




