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Jóvenes ecuatorianas realizaron misión en El Mozote

El Salvador tiene una historia conflictiva, sobre todo El Mozote; pero es una linda contrariedad participar, encontrar y acompañar a la gente, personalmente me ha llenado de paz» Paola Marmolejo

Fabiana Vivanco tiene 16 años, es estudiante de bachillerato en Santo Domingo, Ecuador, y este año sus vacaciones las pasó como misionera en el caserío El Mozote, Arambala, Morazán.

Morena, de pelo largo, alta, alegre, Fabiana dejó sus miedos para venir a El Salvador e impulsada por su madre se decidió pasar dos semanas como misionera entre la gente de la comunidad.

“Yo me voy convencida de querer servir mejor a Dios, de no alejarme, la verdad es que las redes sociales y los amigos a veces nos alejan del Señor, pero estando con la gente de El Mozote, compartiendo con ellos me he dado cuenta que sí tengo fe, que debo cultivarla mejor, ellos me han enseñado mucho” comentó.

Como ella, otras dos jóvenes universitarias que cursan educación inicial en Ecuador, también dispusieron de su tiempo para realizar misiones en el lugar: Valeria Zuruta y Paola Marmolejo.

Ellas pagaron sus pasajes y se quedaron en la comunidad, ayudaron a las hermanas religiosas que tienen una capilla de adoración perpetua en la zona, visitaron enfermos y ancianos,  ayudaron con las celebraciones de la palabra. Y también fueron a las escuelas.

“Ha sido una experiencia muy enriquecedora, a pesar que El Salvador tiene una historia conflictiva, sobre todo El Mozote; pero es una linda contrariedad participar, encontrar y acompañar a la gente, personalmente me ha llenado de paz” comentó Fabiana.

“El carisma de nuestra comunidad es misionera, hay capillas de adoración perpetua en Ecuador, y en especial en El Salvador” dijo por su parte Valeria.

Paola Marmolejo y Valeria son maestras en su país, les falta muy poco para graduarse oficialmente, para ellas, la experiencia ha sido única, convivir con los campesinos del lugar, ver su pobreza y como desde sus propias necesidades comparten lo que tienen.

“Un gesto de amor, de bondas, de generosiad no solamente lo que uno da, sino que es más lo que recbe; la zona es muy pobre, pero la gente comparte lo que toene, el amor con que nos recibieron, los abrazos sinceros, El Salvador es así, sin conocernos nos han dado mucho, oran por nosotros” dijo Paola.

“Para mí ha sido na experiencia de amor, se apredne a darlo y se recibe de la gente, ahí se manifiesta el amor de Dios” dijo por su parte Valeria.

Para estas jóvenes misionera, es necesario que los universitarios salgan de su zona de confort para dar más a los otros, de lo aprendido, dar amor, convivir, que es lo que actualmente se olvida.

El sacerdote misionero, ecuatoriano también, Byron Cerne, explicó que en El Mozote se ha construido una capilla de adoración perpetua al santísimo sacramento que hay religiosas en el lugar.

Todos los años llegan misioneros para ayudar en la zona y sobre todo para encontrarse con Dios, con su paz interior.

“El Mozote ha nacido como un lugar de paz, de reconciliación, antes era considerado de maldición, ahora se ha convertido en un lugar de bendición, los misioneros que van ahí experimentan justamente eso: Paz, la bendición de Dios que puede sanar muchas cosas que han tenido que cargar” comentó el Padre Byron.

El religioso, quien es parte de la comisión misionera del Ecuador, destacó que solamente en Alemania, Suiza, Japón Estados Unidos y El Salvador tienen misiones de su comunidad llamada Comunity Santoro.

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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