Cuentos y PoesiasCultura

¿Dónde están mis colitas?

Tomado del libro: Vivencias de: Stefany Quintanilla

foto: Anthony Caprile

No habían pasado ni 15 minutos, desde que mi mami había salido de casa al trabajo. Era una hermosa mañana de primavera, donde comenzaban a irradiar los destellos de luz que venían del majestuoso sol, cayendo sobre los tejados de aquellas pequeñas casas en el pueblo, donde aprendí todo lo que la vida me ofreció. De repente, desperté de aquel sueño, observé a mi alrededor y me di cuenta que mi mami se había ido y había olvidado sacar algo de su bolso; aquel hermoso cartón de colitas de colores que me había comprado el día anterior. Pensé, ¿Cómo es posible?, ¿Cómo pudo mamá olvidar que yo quería lucir mis colitas en la escuela?

Cuando recuerdo mi reacción de aquella mañana, siento que he sido injusta conmigo misma, al no haber cultivado el entusiasmo y la pasión que aquel día le puse a mi vida y aunque solamente era una niña. Recuerdo haber saltado de la cama como si fuera una fiera que le han robado lo que más apreciaba, no importó salir solamente con mi pijama roja, con el pelo despeinado, sin camisa hacia la calle y comenzar a correr completamente descalza, detrás de las huellas de mi mami, llorando por el dolor de pisar las piedras, pero con la esperanza de que al final obtendría la admiración de mis amigas, por aquellas colitas que adornarían mi cabello.

No importó que me vieran desnuda, que dolieran mis talones o que, en ese momento, mi cabello que tanto quería lucir, estuviera alborotado. No importaba nada, si tan solo tenía aquel cartón de colitas de colores. Mi madre se enojó muchísimo al verme y me dio lo que tanto deseaba poseer, añadiéndole: ¡ya verás cuando regrese!

Será que, ¿mejor hubiese sido quedarme en la cama y solo pensar cómo se hubieran visto las colitas en mi cabeza? O ¿será que más gratificante para nuestro ser, el poder empezar yo mismo? Cuando comprendí lo que aquel día podía significar, no tuve más que pedirme perdón a mí misma y prometer que nunca más iría en contra de lo que me hiciera feliz. Jamás te rindas, solo te aconsejo que levantes tu cabeza, extiendes tus brazos y declares:

¡¡¡Esto no termina hasta que encuentre mi camino, esto no termina hasta que sea completamente feliz, esto no termina aquí; sino, hasta que yo gane!!!

Etiquetas

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Cerrar